El método infalible para ligarte a quien tú quieras

Si Moni quiere ver una peli romántica, pues la vemos; después yo veo sola una de miedo o de lo que sea que tenga ganas.

Sí, mándame un mensajito cuando te desocupes —Abi también trataba de sonar despreocupada, pero a ella la voz le salía rasposa, así que no dijo nada más y regresó a su casa

Moni se había quedado más bajita, y ya tenía curvas y había empezado a usar desodorante desde sexto de primaria. Abigail, en cambio, parecía garrocha: flaca, alta, desgarbada y sin interés en maquillarse o peinarse. Mucho menos en los chavos, mientras que su prima había tenido su primer novio cuando estaba en primero de secundaria y, desde entonces, andaba siempre con quien ella escogía

pero esos desayunos eran sagrados.

El abuelo de ambas, que había sido arquitecto, había construido el dúplex de modo que las dos casas fueran un espejo de la otra y sus dos hijas vivieran en el mismo terreno que él y su esposa

La verdad es que fui muy egoísta. Soy muy egoísta. No me gusta la idea de compartirte... y la verdad es que sin ti soy como una basurita. Y me choca.

Pero el remordimiento no se iba. De pronto, se sintió incómoda consigo misma y dejó de ponerle atención por completo a Ariel, pensando en lo que había pasado. Era Abi la que tenía que disculparse, ¿verdad? Era ella la que le había dicho esas cosas horribles y le había ocultado lo de Fule, dejándola volarse mientras se besuqueaban a escondidas... ¿O no?

María Abigail del Sagrado Corazón!

No me llamo así, ¿eh? Así me dice cuando está enojada porque dice que mi nombre es demasiado corto para un momento dramático.

no sólo era su herramienta para ver videos y mandar mensajes, también era su alarma, su libreta de pendientes y, a veces, hasta lo usaba para hablar por teléfono.