—La verdad es que estaba intentando darles una oportunidad a las otras chicas, para ser justo. Desde el principio solo he tenido ojos para ti, te quería a ti —afirmó. Yo me ruboricé—. Cuando me dijiste lo que sentías, me invadió tal alivio que no acababa de creérmelo. Aún me cuesta aceptar que fue real. Te sorprenderías de las pocas veces que consigo lo que quiero de verdad —sus ojos ocultaban algo, una tristeza que no estaba dispuesto a compartir. Pero se la quitó de encima y siguió explicándose, moviéndose de nuevo al ritmo de la música—. Tenía miedo de haberme equivocado, de que pudieras cambiar de opinión en cualquier momento. He estado buscando alguna alternativa aceptable, pero lo cierto es que… —Maxon me miró a los ojos, sin titubear—. Lo cierto es que eres la única que me interesa. A lo mejor es que no estoy prestando la atención necesaria, o quizás es que no son las chicas indicadas para mí. Eso no importa. Solo sé que te quiero a ti. Y eso me aterra. He estado esperando que tú te echaras atrás, que solicitaras dejar el concurso