Los atletas olímpicos que se alzan con una medalla de oro, según ha señalado la historiadora del afecto Ruth Leys, muestran muchas expresiones durante las ceremonias de entrega, pero sólo sonríen cuando interactúan con el público y las autoridades, lo que demuestra que la sonrisa no es una respuesta natural programada de antemano que indique una emoción subyacente, sino algo que viene determinado por la interacción social.