De formación matemática y científica, Blaise Pascal abandonó sus estudios para dedicarse a la filosofía y la teología después de una experiencia mística, en 1654. El “Discurso acerca de las pasiones del amor”, ubicado poco antes de ese suceso, ya mostraba su búsqueda por razonar sobre las pasiones humanas: «El amor nos da más espíritu, el espíritu lo sustenta: hay que ser ágil para amar. Diariamente se nos agotan las maneras de gustar. Sin embargo, hay que gustar y lo logramos.”Los textos breves que acompañan al ensayo inicial, «Acerca de la conversión del pecador”, «Oración para pedirle a Dios el buen uso de las enfermedades” y «Tres discursos acerca de la condición de los grandes”, permiten observar otras vetas del pensamiento surgido de la religiosidad del autor, fallecido prematuramente a los treinta y nueve años.