El hombre espiritual

Un esclavo no tenía propiedades ni derechos.

En el Jardín de Getsemaní se le oyó de nuevo decir: «Mi alma está muy afligida, hasta la muerte» (Mt.

Si no escucháis su Palabra y en lugar de eso observáis continuamente vuestra situación, jamás viviréis la realidad de que vuestra carne ha sido crucificada en la cruz.

De momento, haced el favor de dejar de mirar vuestras experiencias y oíd lo que Dios os dice.

No hay que conquistar la carne: tiene que morir.

La mayoría confían en su propio método, pretendiendo que no son tan malos después de todo.

Las divisiones en la iglesia son debidas exclusivamente a la falta de amor y a la carnalidad.

El pecado de los celos y de la rivalidad es una prueba eminente de carnalidad.

porque pecan a gusto. La frente tiene que ser coronada con una corona de espinas porque también quiere pecar. Todo lo que el cuerpo humano tenía que sufrir se cumplió en su cuerpo.

Las manos tienen que ser clavadas porque se van tras el pecado. La boca tiene que sufrir porque se complace en pecar. Los pies tienen que ser traspasados