Amor prohibido

Un mar de ojos codiciosos se dirigen a la preciosa chica del vestido blanco. Ella no se da cuenta, o no le importa. Baila sola, sin una pizca de inhibición. Está completamente cómoda en su propio cuerpo.

Huele genial, es una combinación fascinante de flores, jazmín, vainilla y… ¿sándalo, tal vez? Podría colocarme solo oliendo su fragancia.

Todo en Summer es extremadamente irresistible

pero sé que le atraigo. Lo vi en la manera en que ardían sus ojos marrones cuando me miraba. Le ardían, maldita sea.

—Una mujer no se define por sus novios. Se define por sus logros. Y por sus zapatos.

Dicen que los polos opuestos se atraen.

Pero, por encima de todo, es mi corazón.

Mi mirada vuela hacia Richmond, que camina por delante de nosotras. ¿Es británico de verdad? Qué fuerte.

Durante una reunión en su despacho, intentó besarme.

Mi padre gruñe:

—Voy a matar…

—He hecho un movimiento de kárate y…

Oigo que mi padre ahoga una risa.

—Papá —le regaño.