«Cuanto más intentaba encajar menos lo hacía, y lo único que saqué de esos intentos fueron memorias que después tuve que reprimir y guardar en la carpeta del dolor no deseado.
Cuanto menos me mezclaba con la sociedad, más odio guardaba hacia ella. Era como una especie de «si hoy no consigo hablar de manera normal con las chicas de mi clase mañana traigo una escopeta y les pego un tiro». Una relación de ego-odio-mundo-odio-ego."