Diálogos entre un sacerdote y un moribundo

Tú edificas, inventas, multiplicas, yo destruyo, simplifico. Tú agregas error sobre error, yo los combato. ¿Cuál de los dos es el ciego?

Hombre hoy, gusano mañana, pasado mañana mosca, ¿no es siempre existir?

¿Cómo quieres, en buena lógica, que pueda recibir como prueba aquello que necesita probarse?

que todo derive de una causa primera, sin que haya razón ni sabiduría en esta primera causa.

Tu dios es una máquina que fabricaste para que sirva a tus pasiones, y la has hecho mover a tu capricho,

Es perfectamente imposible creer en lo que no se comprende.

es posible que la naturaleza, haya hecho por sí sola lo que le atribuyes a tu dios,

depura tu razón y entonces no tendrás necesidad de tu dios.

Cuál hubiera sido el mérito de los hombres

¿Por qué no? Nada me divierte tanto como la prueba del exceso de fanatismo y de la imbecilidad humana sobre este punto. Son extravíos tan prodigiosos que el cuadro, aunque horrible, a mi juicio es siempre interesante.