Haruki Murakami

Al Sur De La Frontera, Al Oeste Del Sol

Giv mig besked når bogen er tilgængelig
Denne bog er ikke tilgængelig i streaming pt. men du kan uploade din egen epub- eller fb2-fil og læse den sammen med dine andre bøger på Bookmate. Hvordan overfører jeg en bog?
  • Melany Gómezhar citeretfor 4 år siden
    os “quizá” tal vez existan al sur de la frontera. No al oeste del sol.»
  • Carlos Gongorahar citeretfor 5 dage siden
    Entonces no lo sabía. No sabía que era capaz de herir a alguien tan hondamente que jamás se repusiera. A veces, hay personas que pueden herir a los demás por el mero hecho de existir.
  • Carlos Gongorahar citeretfor 5 dage siden
    No se resistió. Sólo cerró los ojos, suspiró. Sus pechos no eran muy grandes, se amoldaban a la perfección a la palma de mi mano. Como si hubieran sido hechos para eso.
  • Carlos Gongorahar citeretfor 5 dage siden
    Cuanto más miraba a lo lejos desde las alturas, más me sentía vacilar. «¿Por qué ella?», me preguntaba, «¿Qué sé yo, en realidad, de esta chica?» Sólo habíamos salido juntos unas cuantas veces, habíamos hablado sólo de tonterías. Al pensarlo, me asaltó una inseguridad atroz.
  • Carlos Gongorahar citeretfor 5 dage siden
    Al mismo tiempo, yo también quería saberlo todo sobre ella.
  • Irving Floreshar citeretsidste måned
    Te he amado desde el primer día que te vi. Y sigo amándote. Si no te hubiera encontrado, mi vida habría sido más miserable, más dura. Mi agradecimiento hacia ti es tan grande que no se puede expresar con palabras. Y a pesar de ello, te estoy hiriendo. Porque soy un egoísta, un estúpido, no valgo nada. Hiero sin más a quienes me rodean y, de rebote, me hiero a mí mismo. Hago daño a los otros y m
  • Irving Floreshar citeretsidste måned
    mi alrededor, todo marchaba sin contratiempos. Pero yo no sentía por mi trabajo el mismo entusiasmo que antes. Aquella pasión por mis dos locales se había desvanecido. No creo que los demás se percataran. En apariencia, yo seguía siendo el mismo. Incluso era más simpático, más amable, más hablador. Pero yo sí me daba cuenta. Cuando me sentaba en un taburete y barría el local con la mirada, eran muchas las cosas que me parecían monótonas y faltas de color.
  • Irving Floreshar citeretsidste måned
    mi alrededor, todo marchaba sin contratiempos. Pero yo no sentía por mi trabajo el mismo entusiasmo que antes. Aquella pasión por mis dos locales se había desvanecido. No creo que los demás se percataran. En apariencia, yo seguía siendo el mismo. Incluso era más simpático, más amable, más hablador. Pero yo sí me daba cuenta. Cuando me sentaba en un taburete y barría el local con la mirada, eran muchas las cosas que me parecían monótonas y faltas de color. Antes no. Aquello ya no era un exquisito jardín de ensueño, saturado de brillante colorido. No era más que una vulgar y ruidosa taberna de las que se pueden encontrar en todas partes. Todo era artificial, frívolo, pobre. Y lo que allí había era un simple decorado hecho con la intención de sacarles los cuartos a los borrachos. Todas las ilusiones que mi corazón abrigaba sobre ellos se habían desvanecido.
  • Irving Floreshar citeretsidste måned
    Porque tarde o temprano todos acabamos cayendo eternamente, en soledad, a través de ese silencio sin resonancia, a través de las tinieblas. Y ante ese mundo experimenté un pánico tan desmesurado que se me hizo difícil respirar. Pensé que aquella sima oscura no tenía fondo.
  • Irving Floreshar citeretsidste måned
    Es posible que llegue al fin de mis días sin haberte reencontrado. Y eso me resulta insoportable. Todo cuanto me rodea pierde su sentido
fb2epub
Træk og slip dine filer (ikke mere end 5 ad gangen)