rano y Gea todavía trajeron al mundo más progenie: dos inconfundibles, pero inconfundiblemente nada bellos, grupos de trillizos. Primero llegaron los tres CÍCLOPES, gigantes de un solo ojo que dieron a su padre, el cielo, una nueva gama de expresiones y modulaciones. El mayor de los cíclopes se llamaba BRONTES, trueno,* luego vino ESTÉROPES, el relámpago, y después ARGES, el resplandor.