Siguiendo la máxima de Tolstoi “Describe tu aldea y describirás el mundo”, estos cuentos, a través de una escritura directa y emotiva, nos transportan al Chile que está más allá de las grandes ciudades y, por ello, constituyen una invitación para aquellos que han olvidado, consciente o inconscientemente, a ese país que pervive, a pesar de la modernidad globalizada.
En ellos se muestra la vida como una odisea cotidiana, donde la pobreza, las injusticias, la falta de oportunidades, el machismo y la ignorancia, hacen del acto mismo de vivir, una lucha permanente que transforma a hombres y mujeres simples en héroes y antihéroes sin lustre, ni poemas épicos que cuenten sus cotidianas hazañas.
Así nos encontramos con hombres que emprenden viajes a destinos inciertos, imposibles de realizar o sin retorno, mujeres víctimas de la violencia y el desamparo y la frustración ante una vida que atrapa como una prisión.