Hombre no soy, mas hombre fui, y a mis padres dio cuna Lombardía pues Mantua fue la patria de los dos. Nací bajo Julio César, aunque tarde, y viví en Roma bajo el buen Augusto: tiempos de falsos dioses engañosos. Poeta fui, y canté de aquel justo hijo de Anquises[6] que regresó de Troya, cuando Ilión la soberbia fue abrasada. ¿Por qué retornas a tan grande pena, y no asciendes al monte deleitoso que es principio y razón de toda alegría?»
«¿Eres Virgilio