intentas hablarles de una cosa que se llama alquiler, de que con veintinueve años tienes que pedir prestado a tus padres para llegar a fin de mes y de que, a veces, sales y no puedes comprarte esas nuevas Adidas que estás deseando desde hace medio siglo o esa chaqueta de cuero que te daría algo más de clase de la que tienes; les quieres contar que en muchas ocasiones te recoges antes con tal de no gastarte en cubatas lo que no tienes, porque tienes el pico muy largo y beber es un placer; les quieres aclarar que te deben dinero en tu antigua empresa y que no te pagan