Si miras a Steve Jobs, Wozniak fue quien hizo el trabajo técnico. Si miras a Richard Branson, hasta hace poco no sabía leer un balance de cuentas. Y si miras a Trump, heredó el negocio inmobiliario de su padre. No hay evidencia que confirme que, para ser productivo y, en última instancia, exitoso, solo debes hacer aquello en lo que eres bueno o lo que te gusta hacer. Si te lo permites, puedes inspirarte con cualquier cosa.