«¿Sabes que entre ti y cualquier persona en el mundo hay como mucho seis grados de separación?» ¡Era tan simple y a la vez tan complejo! Noté cómo la idea se abría paso en la masa cerebral traspasándola como una bala. Es así como se enciende una luz en la cabeza de Irene, que decidirá descubrir qué sucedió un trágico 2 de junio que marcó su vida para siempre. Desde entonces, Irene no ha hecho más que perder dioptrías y cordura, hasta que el descubrimiento de esta teoría le da fuerzas para volver a ejercer como investigadora.