Mientras hacía los deberes, acostada boca abajo y agarrándose el vientre con una mano, Kim Ji-young decía una y otra vez que no lograba entenderlo. La menstruación es algo que tiene la mitad de la humanidad, remarcó, y agregó que, si una farmacéutica desarrollara un buen medicamento solo para los dolores menstruales sin efectos secundarios, en vez de esas pastillas vagamente clasificadas como analgésico y que encima provocaban náuseas, ganaría mucho dinero. Su hermana asintió al escucharla y le pasó una botella de plástico con agua caliente envuelta en una toalla.