Bob Kane, nacido Robert Kahn, tenía veintitrés años cuando Batman debutó en 1939, y Bill Finger, dos años mayor que Kane, colaboró con él en esta nueva tira. Decían que Finger era el mejor guionista de cómics de su generación, y siempre lo describieron como el soñador del equipo; el dibujante Kane, en cambio, tenía cabeza para los negocios.