La historia de la ciencia atesora muerte por doquier, y no, los libros de historia no nos la suelen desvelar: científicos con prometedoras carreras truncadas por experimentos fallidos con desenlaces fatales, hórridos accidentes, asesinatos viles, además de envenenamientos, ejecuciones de toda clase, enfermedades exóticas, sobredosis de sustancias estupefacientes, mordeduras de ofidios ponzoñosos, caídas por precipicios, suicidios… "Eso no estaba en mi libro de Historia de la Ciencia" es una crónica negra veraz —con unas gotas de humor cuando es preciso—, con los protagonistas de esta disciplina como nunca antes se habían presentado a los lectores.