Maryam Mafi

Los sufíes solían tener títulos que reflejaban sus profesiones, como tendero, mercero, fabricante de alforjas, alfarero, jardinero, pescatero, vidriero, ferretero, calígrafo, profesor, etc.

lenguaje cotidiano de la calle.

También quería demostrar su propio estado de lâobâlī, o despreocupación, no solo mostrando el mínimo respeto por las normas sociales superficiales, sino esforzándose por exagerar su aversión y desprecio hacia ellas.

Cuando Shams habla de «imaginación» se refiere a una fuerza interior y a un poder innato que guía nuestra vida, pero que aún no ha madurado del todo, como la vida de un niño, propenso a tropezar y a lastimarse.

Advirtió de los peligros de la imitación, siempre al acecho en el trasfondo, que puede convertir el deseo de misticismo en un culto a la personalidad, confundiendo el estado inicial de

Todos los casos de deshonestidad y corrupción que ocurren en el mundo son el resultado de que alguien imita a otro, ya sea copiándolo o refutándolo. La imitación hace que la persona se caliente y se quede fría, ya que se encuentra con algo diferente cada día. Si en una ocasión se encontrara con la verdad y deseara cambiar de opinión sobre un asunto en el que previamente se equivocó, deberá ocultarlo, porque de otro modo la gente sabrá que hasta entonces había estado imitando a otros. No revelará nada porque se arriesga a perder la confianza de la gente, así como toda confianza en sí mismo (Movahed 2009, 73).

considera el fatalismo como un episodio de debilidad en nuestro viaje que debe superarse para alcanzar la conciencia perfecta que se encuentra má

Shams insistía en que uno no debía evitar vivir entre personas normales, pero que uno debe dirigir su vida de tal modo que no sea uno con la multitud, sino solo uno entre ellos.

No entres en khalvat o reclusión y soledad; sé un individuo en medio de la multitud, pero permanece solo

Era un hombre impaciente que no buscaba audiencias ni «clientes» y no tenía ninguna necesidad de engañar al público. Su método era el opuesto de la norma; creía que la presa debía buscar al cazador y no al revés.