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Brenda Navarro

  • Valeria Gonzálezhar citeretfor 2 år siden
    ¿Qué pasa con los sueños postergados, con esos que no llegan porque hay una pesadilla atravesada en tu cerebro que no te deja dormir? ¿Se pudren, se apestan? A lo mejor se quedan ahí dentro, en el estómago, como una carga pesada que indigesta. O explotan y son las tripas que hacen ruido a medianoche.
  • Denise A.har citeretfor 2 år siden
    Si piensas en el futuro sueles verte bien. Todos queremos el futuro porque es una promesa de que en algún momento se te va a quitar la estupidez. Mi futuro no existe, se lo llevó Daniel.
  • Denise A.har citeretfor 2 år siden
    De repente, no de manera frecuente, se me juntaba la sangre en el pubis. Extrañaba el orgasmo mudo de Fran. Su semen blanco en mis piernas. Qué lejos estábamos de aquello. Pero sucede que como un pacto intrínseco sabíamos de antemano que el deseo le está prohibido a los padres que pierden y no encuentran a sus hijos.
  • Denise A.har citeretfor 2 år siden
    Todos, todos incluidos, parloteaban y se oían a sí mismos mientras nosotras mirábamos confundidas e impávidas, porque eso era lo que había que hacer: ser las casas vacías para albergar la vida o la muerte, pero al fin y al cabo, vacías.
  • Denise A.har citeretfor 2 år siden
    Siempre tuve miedo de Daniel. Hay que ser demasiado inconsciente para no tenerle miedo a una nueva vida.
  • Denise A.har citeretfor 2 år siden
    Pero Dios no existe por mucho que el organillero toque muy bonito.
  • R Güemeshar citeretfor 2 år siden
    Te imaginas todo menos que un día vas a despertar con la pesadez de un desaparecido. ¿Qué es un desaparecido?

    Es un fantasma que te persigue como si fuera parte de una esquizofrenia
  • R Güemeshar citeretfor 2 år siden
    No parir. (Respira, respira, respira). No parir, porque después de que nacen, la maternidad es para siempre.
  • R Güemeshar citeretfor 2 år siden
    El que desaparece se lleva algo de ti que no vuelve, se llama cordura
  • R Güemeshar citeretfor 2 år siden
    Nagore creció rápido. La vida se le abultaba de a poco en el pecho, en las caderas y en la altivez que nos restregaba que, a pesar de todo, ella seguía viva.
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