Hans Christian Andersen

De arriba descendía un maravilloso resplandor azul; más que estar en el fondo del mar, se tenía la impresión de estar en las capas altas de la atmósfera, con el cielo por encima y por debajo.

Prefería moverse cerca de la gente que pasaba junto a ella; aunque no la viesen, aunque no le hiciesen caso, aunque no le comprasen nada.

profundo del océano viven

mujeres bellísimas de largos cabellos y una gran cola de pez en lugar de las piernas

El día que la más pequeña de las sirenas cumplió quince años, se celebró una gran fiesta en el reino de coral

delante de palacio. Y entre tanta alegría, llegó el momento en que la sirenita homenajeada pudo por fin ascender a la superficie marina

Cuando subió la sirenita, era noche

De pronto, llegaron voces y risas hasta ella. Procedían de un barco que regresaba a casa, transportando a un joven príncipe

La sirenita vio a ese príncipe

Era un hombre tan apuesto que la sirenita se sintió inmediatamente enamorada de él