—Te guste o no, eres como la gran mayoría de la humanidad. El problema es que esa humanidad se divide entre los que no nos resignamos a los convencionalismos y gozamos del sexo con normalidad y sin tabú, y los que ven el sexo como un pecado. Para muchos la palabra «sexo» es ¡tabú! ¡Peligro! Para mí la palabra «sexo» es ¡diversión! ¡Gozo! ¡Excitación! Y lo que más me joroba de tus palabras es que sé que lo vivido te ha gustado. Has disfrutado con el vibrador, con la mujer que ha estado entre tus piernas, incluso con haber dicho la palabra «follar». Tu problema es que lo niegas. Te mientes a ti misma.