Los dos hombres necesitan cada vez más tiempo para reparar su equipo. El clima húmedo lo devora todo, todo se pudre, todo se descompone. En una semana sin peligros a la vista, deciden hacer la colada. Entonces empieza a llover y guardan la ropa medio seca en una bolsa de plástico que han encontrado en una aldea. Al día siguiente sigue lloviendo, y al otro, cuando finalmente deja de llover y sale el sol, encuentran la bolsa de plástico abultada, como un globo a punto de estallar. Todo es blanco por dentro y está lleno de finos hilos, como si un algodón de azúcar hubiera reventado en el interior de la bolsa. Pero en realidad es el moho, que se ha expandido