Astrid López Méndez

toda muestra de sensibilidad me provocaba un estado de incomodidad permanente, prevalecía el pragmatismo familiar que me había acostumbrado al extrañamiento. Buscaba la manera de alejarme de las personas y de las palabras.

Tenía un enojo que había trastocado mis palabras. Mi lengua materna estaba rota.

El poeta no negó nunca la posibilidad de que haya obras que nos conmuevan a todos, pero pensaba que son igual de valiosas que las que sólo conmueven a su creador.

Memorizar es un modo de afinar la mirada. Según Dennis Sepper, para percibir de manera científica no hay ni un gran misterio ni la necesidad de saber algo de teoría, sólo se requiere profundizar en la experiencia: la complejidad se abre tras la observación recurrente. En la repetición.

Ahora que no estamos obligados a memorizar nada, ¿qué elegimos recordar?

De Ciudadana, de Claudia Rankine.

La peor herida es sentir que tú no te perteneces tanto a ti—

Los recuerdos no son parte de un narcisismo heroico, sino de un retrato de voces diversas que van cobrando forma.

Ahora que mi madre y yo estamos aprendiendo a relacionarnos, de vez en cuando nos rasguñamos. Ninguna de las dos se altera, así confirmamos que se va acortando nuestra distancia.

Pero la literatura a menudo se trata de estar acompañados, de que nada se encuentra totalmente abandonado.

Antes, cuando el arte era un oficio, no cualquiera podía ser artista. Ahora, cualquiera puede ser artista, pero está en duda qué convierte una pieza en obra de arte.