Erika Zepeda

  • Marcia Ramoshar citeretsidste år
    que preste atención al horroroso hecho de la existencia de cuatro fuentes idénticas, incluso en sus mínimos detalles. Él no pareció asustarse como yo pensé que lo haría, incluso se mostró un poco apático ante el tema y de inmediato escribió en esa libretita que siempre guarda en su bolsillo
  • Marcia Ramoshar citeretsidste år
    que preste atención al horroroso hecho de la existencia de cuatro fuentes idénticas, incluso en sus mínimos detalles. Él no pareció asustarse como yo pensé que lo haría, incluso se mostró un poco apático ante el tema y de inmediato escribió en esa libretita que siempre guarda en su bolsillo
  • Marcia Ramoshar citeretsidste år
    Tuve que explicarle de nuevo mi espantoso descubrimiento, y las sospechas que desde hace tiempo poseo sobre el fenómeno: debe ser una clase de maldición que nos mantiene en un eterno juego de espejos del que no podemos escapar, un aterrador fenómeno demoniaco que aun las monjas con sus espejuelos mandados desde el Vaticano no han podido descubrir y destruir.
  • Marcia Ramoshar citeretsidste år
    correré hacia el reflejo de fuente más cercana. Pienso quemarlo todo, no solo el reflejo del jardín, también las habitaciones llenas de seres silenciosos, las copias de doctores de batas blancas, las pastillas azules y las monjas de sombreros relumbrantes. Todos meros reflejos burdos. Todo se convertirá en cenizas que irremediablemente desaparecerán de la faz de la tierra.
  • Marcia Ramoshar citeretsidste år
    La niña cara-verde entró a la cocina y me sonrió, como si anunciara que aquella visita había terminado. La pude observar con más cuidado, su piel era de un pálido verde, un poco más opaco que los demás.
  • Marcia Ramoshar citeretsidste år
    Las puertas de todas las habitaciones restantes se abrieron de golpe, y de nuevo la cocina se llenó de los cara-verde que habían ocupado el departamento unas horas antes. Uno a uno despegaron de la azotea, los hermanos espejo que se movieron de manera idéntica, el anciano con cojera, el hombre alto y de cara oliva y, por último, la niña que jamás me regaló un gesto de despedida
  • Marcia Ramoshar citeretsidste år
    Pésimas instalaciones burocráticas! ¿Qué nadie nota que ese maldito hoyo nos puede tragar?

    Las palabras del usuario anónimo no fueron dichas en vano, fueron escuchadas por el encargado de turno, quien se aterró al imaginar una posible demanda
  • Marcia Ramoshar citeretsidste år
    Pésimas instalaciones burocráticas! ¿Qué nadie nota que ese maldito hoyo nos puede tragar?

    Las palabras del usuario anónimo no fueron dichas en vano, fueron escuchadas por el encargado de turno, quien se aterró al imaginar una posible demanda
  • Marcia Ramoshar citeretsidste år
    Entró a los corazones de sus nietos y se topó con aburrimiento y desencanto; finalmente se sumergió en los jugos prenatales en que nadaban sus bisnietos y solo desmenuzó más veneno y maldad.
  • Marcia Ramoshar citeretsidste år
    vecina del 546 pensó en su marido, quien siempre se reía de las vecinas. Decía que escuchaban cosas ridículas, en donde nadie cantaba y si lo hacían siempre era en idiomas que ya nadie hablaba, mientras que ella, su esposa, asentía en voz baja el comentario. Pero la verdad no tenía suficiente
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