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Cho Nam-joo

  • kyptcathar citeretfor 8 måneder siden
    el tiempo libre de las mujeres que se dedican a tiempo completo al cuidado de hijos menores de dos años es de aproximadamente cuatro horas y diez minutos al día, mientras que el de las mujeres que dejan a sus hijos a cargo de instituciones de cuidado infantil es de cuatro horas y veinticinco minutos. En otras palabras, hay una diferencia muy reducida de apenas quince minutos. Esto significa que la mujer, aunque dependa de una institución de cuidado infantil, no puede descansar, ya que sus opciones son solo dos: realizar las tareas del hogar con el niño o sin él.
  • Añita Piñahar citeretfor 3 måneder siden
    El día en que Kim Ji-young mostró por primera vez una conducta anormal fue el 8 de septiembre.
  • Añita Piñahar citeretfor 3 måneder siden
    Cha Seung-yeon murió a causa de una embolia de líquido amniótico al dar a luz a su segundo bebé. El hecho afectó seriamente a Kim Ji-young, que para colmo padecía en aquella época una depresión posparto que dificultaba su vida diaria.
  • Añita Piñahar citeretfor 3 måneder siden
    Comprendía que todo lo que provenía de su abuela, desde su tono de voz, la posición de su cabeza y sus hombros hasta la respiración, emitía en conjunto un mensaje que, si bien era difícil de sintetizar en una sola frase, le recriminaba que se atreviera a codiciar lo que pertenecía a su nieto varón. Su hermano y todo lo suyo era valioso y, por tanto, no era accesible a cualquiera; y Kim Ji-young se sentía menos que cualquiera. Igual que su hermana.
  • Añita Piñahar citeretfor 3 måneder siden
    El abuelo de Kim Ji-young, de tez pálida, nunca se ensució sus tersas manos removiendo la tierra. Era un hombre que carecía de la capacidad o la intención de mantener a su familia. Aun así, su mujer nunca le reprochó nada. Creía sinceramente que había tenido la suerte de encontrar un buen marido porque nunca la había engañado ni golpeado.
  • Añita Piñahar citeretfor 3 måneder siden
    —Gracias a que tuve cuatro varones, ahora no me faltan comida y cama caliente, pues un hijo me las da. Por eso siempre se deben tener, al menos, cuatro hijos varones.
    Su abuela solía repetir siempre lo mismo, pese a que quien preparaba la comida y la cama para ella no era su hijo, sino su nuera,
  • Añita Piñahar citeretfor 3 måneder siden
    —No tuviste náuseas ni la primera ni la segunda vez, pero ahora estás teniendo unos síntomas muy fuertes. Seguro que llevas ahí dentro una criatura distinta a tus hijas.
  • Añita Piñahar citeretfor 3 måneder siden
    —Si acaso, y digo si acaso, la criatura en mi vientre resulta ser de nuevo una niña, ¿qué harás? —ella deseaba que su marido le respondiera que no tenía sentido hacer esa pregunta y que, fuera niño o niña, le iba a dar todo su amor. Sin embargo, su marido se mantuvo en silencio—. ¿Qué? ¿Qué vas a hacer?
    El padre de Kim Ji-young se volvió hacia la pared y contestó:
    —En boca cerrada no entran moscas. Así que duérmete y no llames a la desgracia.
  • Añita Piñahar citeretfor 3 måneder siden
    Por aquellos tiempos el gobierno fomentaba la planificación familiar, que no era otra cosa que una política antinatalista. Hacía ya diez años que habían sido legalizados los abortos quirúrgicos con fines médicos y, como si gestar una niña fuera una razón médica para recurrir a dicho método, las pruebas para determinar el sexo del feto y los abortos selectivos de niñas eran prácticas generalizadas.[3]
  • Añita Piñahar citeretfor 3 måneder siden
    La madre de Kim Ji-young fue sola a abortar. En modo alguno era su decisión, pero de cualquier modo era su responsabilidad. Y a su lado no había nadie para consolarla. Mientras aullaba como un animal que hubiera perdido a su cría ante una fiera, la ginecóloga le acarició las manos y le dijo: «Lo siento». Solo eso impidió que se volviera loca allí mismo.
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