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Norbert Elias

  • Angel H. Ortizhar citeretsidste år
    Algo similar sucede con la lamentación de que nos hemos convertido en «esclavos de las máquinas» o de la técnica. A pesar de todas las pesadillas inventadas por la ciencia ficción, las máquinas carecen de voluntad propia. No se inventan a sí mismas, no se fabrican a sí mismas y no nos fuerzan a ponernos a su servicio. Todas las decisiones y actividades operadas por ellas son decisiones y actividades humanas. Las amenazas y coacciones que atribuimos a las máquinas son siempre, consideradas más de cerca, amenazas y coacciones de grupos humanos interdependientes producidas en sus recíprocas relaciones con ayuda de las máquinas. Son, con otras palabras, amenazas y coacciones sociales.
  • Angel H. Ortizhar citeretsidste år
    a través del uso del concepto de «razón» en expresiones como «razón de Estado», del concepto de «realismo» en expresiones como Realpolitik y a través del uso de muchos otros conceptos de este orden se favorece la muy extendida presunción de que las deliberaciones llamadas «racionales» y orientadas a la objetividad o a la realidad juegan habitualmente el papel más importante en las fijaciones sociales de objetivos de los grupos humanos en sus confrontaciones. El uso actualmente predominante del concepto de «ideología» revela —incluso entre sociólogos— idéntica tendencia. Pero un examen más atento permite constatar sin mayores dificultades hasta qué punto se interpenetran, en la imagen de los «grupos de interés» las visiones fantasiosas y las representaciones más realistas. El planeamiento realista y consciente de sus objetivos de los desarrollos sociales con recursos a los modelos científicos de desarrollo es sólo una conquista, apenas suficiente, de la evolución más reciente. Y los propios modelos de desarrollo son de todo punto incompletos, carecen todavía de la correspondencia lo bastante ajustada con las cambiantes estructuras sociales.
  • Angel H. Ortizhar citeretsidste år
    Toda la historia es hasta hoy, en el fondo, un cementerio de sueños humanos. A corto plazo a menudo los sueños se cumplen; pero a largo plazo acaban casi siempre en un vaciamiento y destrucción de su ser y su sentido precisamente porque las metas y las esperanzas están intensamente penetradas por fantasías, de tal modo que el curso efectivo del acontecer social les depara severos golpes, una confrontación con la realidad tras otra y acaba desenmascarándolas como irreales, oníricas. La esterilidad característica de muchos análisis de ideologías se deriva, no en último término, de la tendencia a tratar a estas como construcciones intelectuales en el fondo «racionales», concordantes con los auténticos grupos de interés, y a descuidar su carga de afectos y fantasía, su irrealidad egocéntrica o etnocéntrica como expresión de un ocultamiento calculado de un núcleo altamente «racional».
  • Angel H. Ortizhar citeretsidste år
    Así, hay en nuestros días gobiernos que muy frecuentemente —y quizá de buena fe— pretenden que pueden dominar «racional» o «pertinentemente» los agudos problemas sociales de sus países cuando, en realidad, no hacen sino cubrir las brechas del conocimiento concreto, aún relativamente rudimentario, acerca de la dinámica de los entramados sociales con doctrinas dogmáticas basadas en la fe, rutinas heredadas o expedientes condicionados por los intereses de partido a corto plazo, adoptando las decisiones, en la mayoría de los casos, a la buena de Dios. Por consiguiente, siguen siendo en gran medida juguetes de cadenas de acontecimientos que entienden tan poco como los gobernados que se someten a sus dirigentes confiando que estos podrán poner bajo control los peligros y las tribulaciones que les acechan, que por lo menos saben a dónde van.
  • Angel H. Ortizhar citeretsidste år
    Supongamos que nos remontamos a una época anterior, en la que el patrimonio social del saber era mucho menor de lo que es hoy. Para poder orientarse, los hombres necesitan un cuadro: global, una especie de mapa que les señale cómo se relacionan entre sí los diferentes fenómenos singulares que perciben. Actualmente forma parte de nuestro patrimonio de experiencias el convencimiento de que las teorías que señalan cómo se relacionan entre sí los hechos singulares son de la máxima utilidad para la orientación de las personas y para dar a estas la posibilidad de controlar el curso de los acontecimientos si se desarrollan en una permanente interrelación con las observaciones concretas. Pero los hombres de épocas anteriores no poseían todavía la experiencia necesaria para saber que es posible aumentar el conocimiento acerca de las conexiones entre hechos a través de observaciones sistemáticas. Consiguientemente, elaboraban modelos de las interrelaciones entre acontecimientos, indispensables para la orientación de las personas en su mundo, es decir, elaboraban lo que hoy llamamos teorías,
  • Angel H. Ortizhar citeretsidste år
    En el uso actual de la palabra «lógico» se confunde una afirmación, la de que las leyes de la lógica son eternas y de validez general, con la otra, a saber, que se trata de leyes que constituyen el fundamento del pensamiento efectivamente observable de los hombres de todas las sociedades y de todos los tiempos. Lo mismo vale en relación con la afirmación de que existe un solo método científico. También en este caso se presenta una prescripción y un ideal como un hecho.
  • Angel H. Ortizhar citeretsidste år
    En medio de la caducidad de todo es seguramente reconfortante encontrarse con algo de lo que pueda pensarse que no es efímero. Las creencias edificantes tienen su importancia en la vida humana, pero la teoría de la ciencia no es el lugar más indicado para ellas.
  • Angel H. Ortizhar citeretsidste år
    Pero en las ciencias desarrolladas el criterio principal es la relación existente entre los nuevos resultados de la investigación disponibles en cada caso y el saber más antiguo existente, es decir, no algo que pueda expresarse mediante polarizaciones estáticas del tipo «correcto» o «falso», sino precisamente mediante referencias a lo que hay entre ellas, sobre la base de la dinámica de los procesos científicos en cuyo transcurso el saber teorético-empírico se hace mayor, más cierto, más adecuado.
  • Angel H. Ortizhar citeretsidste år
    Muchos hábitos de pensamiento y muchos conceptos profundamente arraigados en los idiomas europeos favorecen la impresión de que la reducción de todo lo que nosotros podemos observar como cambiante y móvil a un estado inmutable absoluto es la operación intelectual natural, necesaria y la más fecunda que se puede realizar en la reflexión acerca de problemas, particularmente de problemas científicos. Una consideración más exacta muestra que la tendencia a remontarse a algo inmutable en la reflexión acerca de lo que se mueve tiene bastante que ver con una valoración inconsciente que Comte habría diagnosticado como síntoma de un modo de pensamiento teológico. Se acepta como obvio que un algo inmutable que se oculta en o detrás de todo cambio posee un valor superior al cambio mismo. Esta valoración se pone, de manifiesto en la teoría filosófica de la ciencia y el conocimiento
  • Angel H. Ortizhar citeretsidste år
    Pero como sucede con tanta frecuencia, también la suposición de que las leyes de la lógica, que se tienen por inmutables, constituyen leyes efectivamente observables del pensamiento de todos los hombres, se deriva de una inadvertida confusión entre el hecho y el ideal. Aristóteles, que fue quien confirió su descollante significación al concepto de la lógica, entendía por tal, en lo esencial reglas de la argumentación e indicaciones acerca de cómo elaborar argumentos en la disputa filosófica y acerca de cómo descubrir fallas en el contrario. La idea de que la «lógica» se ocupa de la prueba de leyes eternas del pensamiento parece que se vinculó con el legado aristotélico sólo en la Baja Edad Media o aún posteriormente.
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