Jorge Freire

  • Adal Cortezhar citeretsidste år
    Ocioso es recordar que, cuando el camino es corto, hasta los burros llegan. Por paradójico que suene, la civilización no se alza sobre el cumplimiento de las voliciones sino, precisamente, sobre su renuncia. Nadie entienda en estas palabras una llamada al ascetismo. Entréguese al ayuno quien así lo desee, pero ningún lector busque entre estas páginas consejos paternalistas. Además, no se puede filosofar con hambre y con sueño. Lo dijo Aristóteles y cualquier persona con sentido común lo secundará.
  • Adal Cortezhar citeretsidste år
    Nada es más insoportable para el hombre que estar en pleno reposo, sin pasiones, sin asuntos, sin diversiones, sin ponerse a algo. Siente entonces su nada, su abandono, su insuficiencia, su vacío. Incontenible, del fondo de su alma surgirán el tedio, la negrura, la tristeza, la pena, el despecho, la desesperanza.

    Blaise Pascal, Pensamientos
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    Todos tenemos algún amigo que ha caído por el escotillón de las seudociencias. Se decía en el Pío Cid que en el creer no hay pecado, aunque se crea en grandes tonterías. Quizá pecado no haya, pero resulta desalentador que quien antaño era el muchacho más listo de tu clase se dedica hoy al biomagnetismo y al reiki. La cosa empeora cuando, para explicarte su posición, carga las tintas contra el manido cientificismo. Y es que el tonteo con el irracionalismo del que todos hemos participado tiene mucha culpa de que hoy estemos donde estamos. Si todo documento de cultura es un documento de barbarie, por decirlo con Benjamin, el producto de la ciencia no pueden ser solo las vacunas, los antirretrovirales y los antibióticos, sino también, y sobre todo, las ponzoñas del Big Pharma.
  • Adal Cortezhar citeretsidste år
    De lo que se trata, en realidad, es de aprender a aburrirse. No es una enseñanza asequible. Quizá haga falta toda una vida para entender la sabiduría / inmortal de quedarse quieto, como dice un poema de Bousoño. Yerran quienes piensan que el exceso de información y estímulos que nuestro tiempo nos ofrece es un avance. Como ha escrito Byung-Chul Han en La sociedad del cansancio, el multitasking, ampliamente extendido entre los animales salvajes de la selva, no es para los humanos una ventaja, sino a todas luces una regresión.
  • Adal Cortezhar citeretsidste år
    Walter Benjamin definió el aburrimiento como «el pájaro de sueño que incuba el huevo de la experiencia». Quienes nunca se han emburujado en su nido desconocen que el aburrimiento es lúcido. Su sombra es, a juzgar por sus lechigadas, feraz y ubérrima, a diferencia de la agitación, estéril por esencia, que solo acelera y precipita lo que ya existe. Aburrirse no es fácil. Los niños saben cómo hacerlo pero los adultos nos obstinamos en olvidarlo hasta que finalmente lo logramos. Vale la pena echar el tiempo (que no perderlo, ni matarlo) en el tenaz empeño de recordarlo.
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    Por falta de sosiego, nuestra civilización
    desemboca en una nueva barbarie.

    Friedrich Nietzsche, Humano, demasiado humano
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    La historia de occidente ha hecho del mito de la caverna, contenido en la República de Platón, el principio rector de su epistemología. Si uno quiere acceder a la verdad debe despojarse de sus vicios cavernarios y, una vez rotas las cadenas que lo mantenían en su cautiverio, separan el grano de la paja, esto es, la palabrería verborreica que es la doxa de las verdades inteligibles. De lo inmediato no puede brotar la cultura.
    Como dijo Borges, la crucifixión de Cristo fue importante después, no cuando ocurrió.
  • Adal Cortezhar citeretsidste år
    Nuestra sociedad, dice Han en La sociedad del cansancio, «toma al tiempo mismo como rehén. Lo encadena al trabajo y lo transforma en tiempo de trabajo. El tiempo de trabajo es un tiempo sin conclusión, sin principio ni fin. No exhala aroma. La pausa, como pausa de trabajo, no marca ningún otro tiempo. Es solo una fase del tiempo de trabajo. Hoy no tenemos más tiempo que el del trabajo. El tiempo de trabajo se ha totalizado como el único tiempo. Hace mucho que hemos perdido el tiempo de la fiesta. Nos es completamente extraño el final del trabajo como final de la fiesta. Nos llevamos el tiempo de trabajo no solo a las vacaciones, sino también al sueño. Por eso hoy dormimos tan inquietos».
  • Adal Cortezhar citeretsidste år
    Pierden el tiempo quienes piensan que la lectura los volverá mejores. Movidos, de nuevo, por una estrategia publicitaria, han hecho del bovarismo una especie de preceptiva ética, como si leer folletines los volviera más listos, más altos y más guapos. Por desgracia, nada demuestra que pasar la tarde leyendo a Murakami sea mejor que cualquier otro tipo de holganza, como ver películas de superhéroes o mirar por la ventana.
  • Adal Cortezhar citeretsidste år
    Pero el Homo agitatus es algo más que un yonqui de la información instantánea. Ora envía bulos conspirativos sobre inmigración a altas horas de la madrugada, ora conmina a acudir a una marcha con antorchas por una hipotética república. Y es que la agitación es, como intuyeron Münzenberg y Goebbels, el precipitado fértil de la propaganda.
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