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Timothy Snyder

  • Adal Cortezhar citeretsidste år
    ¿Cuáles deben ser, entonces, las prioridades para el futuro?
    Precisamente en Chile esto es muy importante: hay que invertir mucho más en educación, porque la educación es la preparación para el futuro, que son los jóvenes. Debemos invertir en las profesiones del futuro y en la cultura. Eso no resuelve todos los problemas, pero si no invertimos en capacitación o educación, el país puede volver al caos, un poco como Venezuela. Es espantoso lo que pasa en los países que no están organizados para el futuro. Y el futuro es la educación.
  • Aaahar citeretsidste år
    Pienso que deberíamos reafirmar el esfuerzo y el trabajo duro, que son virtudes, pero hasta un cierto punto. Porque incentivar el esfuerzo individual no implica pensar el éxito solo como producto propio. Esa es la diferencia. Que los exitosos reconozcan el rol de la suerte y de la buena fortuna, y su sentido de deuda, para que desde ahí reconozcan un sentido de obligación con los demás ciudadanos, incluyendo a los menos afortunados. Entonces, reitero: el esfuerzo es importante, pero no es el único ingrediente del éxito. Por eso, en esta era de la meritocracia lo que falta es la virtud de la humildad, que nos puede abrir a un sentido mayor de responsabilidad por la sociedad.
  • Adal Cortezhar citeretsidste år
    Un diplomático de carrera trata de explicar la esencia de la diplomacia: no hacer lo que quieres hacer.
  • Adal Cortezhar citeretsidste år
    El héroe de la novela define lo que es acción: no lo que haces en el momento, sino lo que harás a continuación.
  • Adal Cortezhar citeretsidste år
    Después de todo, ¿cuántos padres fundadores de Estados Unidos nacieron en América? Exactamente tantos como los protagonistas de este libro que nacieron ucranianos: ninguno. Aquellos padres fundadores eran súbditos británicos de nacimiento, tenían orígenes diversos y se convirtieron en estadounidenses al crear Estados Unidos.
  • Adal Cortezhar citeretsidste år
    Cada nación mira hacia delante. Se hace y rehace cada día. Si creemos que reside en los ordenados relatos históricos que nos cuentan nuestros dirigentes, entonces será nuestra historia la que habrá terminado.
  • Carlos Vasquezhar citeretfor 2 år siden
    Esteban creía que a los europeos les iría mejor si reconciliaran sus aspiraciones nacionales con una lealtad superior a un imperio, concretamente a la monarquía Habsburgo. En una Europa imperfecta, la monarquía Habsburgo era un teatro mejor para el drama nacional que cualquier otra opción. Dejemos que la política nacional siga su curso –pensaba Esteban–, dentro de los cómodos confines de un imperio tolerante, con una prensa libre y un parlamento.
  • Carlos Vasquezhar citeretfor 2 år siden
    Los demócratas ucranianos, manifestándose a favor de elecciones libres en su país, agitan la bandera europea. La idea de su padre de que el patriotismo se puede conciliar con una superior lealtad europea parece extrañamente profética.
  • Carlos Vasquezhar citeretfor 2 år siden
    Luis Jagellón era rey de Polonia, Hungría y Bohemia cuando dirigió sus ejércitos contra el Imperio Otomano en la batalla de Mohács en 1526. Derrotadas sus fuerzas, murió, mientras huía, en un río y bajo un caballo. Como resultado del pacto de matrimonio, su mujer era una Habsburgo; tras la muerte de Luis, el hermano de la esposa reclamó las coronas de Bohemia y Hungría, que, así, se convirtieron en tierras de la corona Habsburgo, reivindicadas por todos los gobernantes sucesivos de la dinastía hasta el propio Francisco José.
  • Carlos Vasquezhar citeretfor 2 år siden
    Estas cuestiones nacionales eran un regalo de despedida de Napoleón. Se había proclamado a sí mismo rey de Italia. Había disuelto el Sacro Imperio Romano y docenas de insignificantes Estados alemanes, preparando así el camino para la unificación de Alemania. Había creado el reino de Iliria, nombre dado a las tierras de los eslavos del sur, pueblos que más tarde serían conocidos como serbios, croatas o eslovenos. Con el nombre de Ducado de Varsovia, había restaurado en parte a Polonia, borrada del mapa por la partición imperial de finales del siglo XVIII. Tras destruir esas entidades napoleónicas, los Habsburgo y sus aliados trataron el nacionalismo como una idea revolucionaria que había que sofocar en toda Europa. Metternich, ahora canciller, ordenó a la policía detener a los conspiradores, y a sus censores, suprimir pasajes sospechosos de periódicos y libros. La monarquía Habsburgo del joven Francisco José era un Estado policial.4
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