Valeria Tentoni

YO ME SACO ESTO QUE TRAIGO
y te lo dejo
como dejan algunos perros
pájaros muertos en la puerta de sus dueños.

Con inocencia
y con exceso.

PERO ¿Y DESPUÉS?

¿Qué se puede hacer
con una emoción
que ya tuvo su turno,
su hora de seda?

me decía sí, ahora me voy a levantar
y voy a escribir esas líneas definitivas de venganza
y bronca y dolor y repulsión y venganza
y todo va a estar bien después, el poema

Ahora yo quiero una ola, pintar una ola. Descubrirla por sorpresa. Tiene que ser la primera y la última. Una ola blanca, sucia, podrida, hecha de nieve y de pus y de leche que llegue hasta la costa y se trague el mundo. Para eso ando por la playa.
Juan Carlos Onetti
Dejemos hablar al viento

Arriba nuestro el cielo era un cubrecama blanco, y detrás de eso estaba la luz, limpia, flotando para nadie.

¿de qué pueden hablar dos personas cuando todavía no hablaron de casi nada?

Le pregunté por las mujeres a las que había querido antes de mí.

El odio de las discusiones es un animal anfibio que da saltos gigantescos e intempestivos, paranormales

¿quién puede soportar la calma en medio de una tormenta?

Una palabra breve que economizaba sus apariciones entre nosotros con reemplazos venenosos.