Fernando Navarro

Las canciones son bellas mentiras
al servicio de la verdad».
BRUCE SPRINGSTEEN

En realidad, sentía que no estaba preparado para nada.

Pensaba en él deambulando porque es como si siempre fuera buscando algo.

La música es el oficio de Dylan y también es su vida.

Al menos, cuando suena «Workingman’s Blues #2» no los escucho, aunque las aves nocturnas acechen fuera de la canción. Siempre lo hacen.

Ponía la canción y volvía a ponerla. Una vez tras otra, como si su música le permitiese mirar por una rendija y contemplar con toda nitidez un dulce recuerdo.

Puede la música salvarme la vida? Jamás me lo hubiese preguntado si no fuera porque «Workingman’s Blues #2» me ha llevado a algún sitio, tal vez al que me corresponde

Porque, si no era capaz de comprender lo que transmitía la música de Lucinda, cómo iba a explicarle cómo me sentía. Cómo iba a hablarle de mi tristeza.

Son días extraños en los que camino confundiéndome con la bruma que difumina las calles cuando no estoy dentro de esta madriguera repleta de cajas con discos y libros

En el metro o en la calle, me ponía los cascos y buscaba esta canción en el móvil como quien necesita fumarse un cigarrillo