En el resto del continente americano, el orden posimperial, incluyendo la quimera neoimperial de Bolívar y San Martín en el Quito de 1822, desembocó en una diversidad de repúblicas criollas (con la excepción del Brasil monárquico) empeñadas en líneas generales en el mantenimiento del orden social heredado, incluida la esclavitud que sobreviviría todavía algunas décadas