Tras una estancia en la India, Hope Dunne ha logrado recuperarse de un divorcio no deseado y de la muerte de su hija. Aunque su prestigio como fotógrafa y la fortuna recibida tras su divorcio le permiten vivir con tranquilidad en su loft del Soho neoyorkino y disfrutar de su profesión sin ningún tipo de estrés, e n plenas fiestas navideñas decide aceptar un encargo inesperado. Se trata de viajar a Londres para fotografiar a un reconocido escritor: Finn O’Neill. La sesión de fotos es todo un éxito. Finn es un hombre sensible y cercano, con un magnetismo arrollador, y la química que surge entre ambos, inmediata. De vuelta a la rutina diaria neoyorkina, Hope no deja de pensar en Finn. Sin embargo, cuando se lo encuentra buscándola en el portal de su apartamento en Nueva York, se siente algo asustada ante su osadía, pero también profundamente halagada. Finn le reconoce que ha cruzado el Atlántico tras su pista porque quiere acabar de conocerla mejor y porque se ha enamorado perdidamente de ella. El amor de Finn parece lleno de candidez y de sinceridad, pero la intensidad de la pasión que se desata entre ellos roza límites peligrosos. Los celos recurrentes de Finn y su obsesión con tener un hijo despertarán la desconfianza de Hope mientras vive con él en una enorme mansión en Irlanda. Y la duda se transformará en verdadero desconcierto cuando comience a pillarle en algunas mentiras. ¿Quién es Finn en realidad? ¿Por qué todas sus anteriores parejas están muertas? Cuando el comportamiento de Finn comience a cambiar de forma radical, Hope deberá tomar una decisión: dejar de escuchar lo que le dicta su corazón y huir del influjo de Finn si quiere seguir con vida.