Edipo Rey

n relato anecdótico contaba que, habiendo desaparecido una corona de oro de la Acrópolis, Heracles se le apareció a Sófocles y le indicó dónde se hallaba.

480 a. C., donde también participó Esquilo como combatiente y el mismo año que nació Eurípides.

Aprended así a poner los ojos en los últimos días de la vida y a no dar a mortal alguno el título de dichoso, antes que haya acabado su existencia sin experimentar infortunios.

Cesad de querer dominar siempre; tal ambición no ha contribuído a la felicidad de vuestra vida.

Pero cuanto puedo hoy desearos es que en cualquier lugar en que os coloque el destino vuestra vida sea más feliz que la del autor de vuestros días.

Porque ¿qué crímenes no pueden imputarse a vuestro padre? Asesinó a su padre, mancilló el lecho nupcial en que había sido concebido y os dio la vida en el mismo seno donde la había recibido.

¡Cuánto lloro por vosotras, hijas mías, yo que no puedo veros, pensando en la amargura que debe acompañaros el resto de vuestra vida!

Es grato en los males ahorrarse, o suavizar al menos, su sentimiento.

padre de mis hermanos y marido de mi madre; en fin, si han existido azotes espantosos, han caído sobre Edipo.

¿Qué me quedaba, en efecto, que ver, que amar, que oir con algún placer?