El conocimiento del amor

Aquí, es importante distinguir tres figuras: (1) el narrador o personaje-autor (junto con esta concepción del personaje del lector); (2) la presencia autoral que alienta el texto tomado como un todo (junto con la correspondiente representación implícita de lo que un lector sensible y bien informado experimentará); (3) la vida del autor (y del lector) en-la-vida-real, que en buena medida no tendrá relación causal con el texto ni relevancia para la lectura correcta del mismo9

Debemos ahora parar brevemente y examinar esta noción de que el conocimiento humano procede a través del sufrimiento. Ya que se trata sin duda alguna de una de las más antiguas y aceptadas tesis que las obras literarias sostienen en su propio beneficio y en defensa de su pretensión de enseñar la verdad humana; atacarla es, correspondientemente, una de las partes principales de

Esta afirmación de que el alma humana contiene a las personas amadas como objetos internos es a partir de este momento un te

Es obviamente uno de los descubrimientos sobre la psicología humana a los que el narrador otorga mayor importancia. De hecho, en una de las últimas páginas de toda la novela, nos habla de su proyecto de representar ciertos «personajes como si existieran no fuera, sino dentro de nosotros mismos, donde su más ligera acción puede generarnos fatales perturbaciones», y entonces observa: «Mi relación amorosa con Albertine era para mí prueba suficiente de que cualquier otro tipo de representación tiene que ser artificial y poco veraz» (III.1104)

ero si sucede algo que precipita un cambio violento en la posición de ese alma en relación con nosotros, y nos muestra que está enamorada de otras personas y no de nosotros, entonces, por el latido de nuestro corazón en pedazos sentimos que esa criatura amada no está a unos kilómetros de nosotros, sino dentro de nosotros...

celos en él, le muestra la profundidad de su amor por ella. Mientras Albertine camina hacia la salida del tren, ocurre algo raro y significativo:

Empiezo, entonces, con un momento hacia el final de Sodoma y Gomorra donde el narrador de Proust empieza a explicar a sus lectores una verdad central sobre el alma humana. Este está montado en el tren con Albertine, sobre el pequeño tramo de vía en la costa que pasa a través de los centros turísticos en las proximidades de Balbec. Se siente aburrido con Albertine; más o menos ha decidido dejarla. Justo antes de que alcancen la parada que es el destino de ella, Albertine comienza a presumir de su amistad con la hija del compositor Vinteuil (quien, como sabe Marcel, es una lesbiana declarada). Ese comentario de Albertine, al despertar los

Mi protagonista filosófico será Platón (o ciertos aspectos de Platón); el adversario literario será Proust.

1. Medio de comunicación. El relato de mesilla de noche filosófico apuntaría al ideal platónico de la comunicación: la conversación de un intelecto puro separado con otro de sus mismas características. Su propio discurso sería, por tanto, lúcido, separado y puro

3 . El tema: rasgos formales. Algo hemos dicho sobre cuáles son los elementos que al intelecto le gustaría mitigar, y esto nos ha llevado ya a algunas restricciones sobre cómo debe ser la forma de representación.