bookmate game
Sarah J.Maas

La asesina y el señor de los piratas

Giv mig besked når bogen er tilgængelig
Denne bog er ikke tilgængelig i streaming pt. men du kan uploade din egen epub- eller fb2-fil og læse den sammen med dine andre bøger på Bookmate. Hvordan overfører jeg en bog?
  • Alison Reynosohar citeretfor 5 år siden
    Calaculla y a Endovier, los campos de trabajo más grandes y famosos del continente, a las minas de sal y de metales.
  • Karla Valenciano Najerahar citeretfor 5 år siden
    Sam no podía haber sido tan estúpido como para dejarse matar. Celaena lo… lo… lo mataría si se había muerto.
  • Karla Valenciano Najerahar citeretfor 6 år siden
    Sam —murmuró contra su pecho.
    —¿Hm?
    Celaena se separó de él y dio un paso atrás para zafarse de su abrazo.
    —Si alguna vez le cuentas a alguien que te he abrazado… te destripo.
  • Karla Valenciano Najerahar citeretfor 6 år siden
    —Si alguna vez vuelves a poner el pie en mi territorio, te garantizo que perderás la vida —guardó silencio un instante y luego murmuró—. Que los dioses ayuden a Arobynn —cogió la pluma—. ¿Alguna otra petición
  • Ingrid Cuevashar citeretfor 6 år siden
    Celaena lo… lo… lo mataría si se había muerto.
  • Ingrid Cuevashar citeretfor 6 år siden
    —¿Queréis vos un consejo?
    Él agitó una mano invitándola a proceder.
    —Meteos en vuestros asuntos.
  • Alison Reynosohar citeretsidste år
    —Supongo que si vamos a morir, más vale que sea por una causa noble —accedió.
  • Alison Reynosohar citeretsidste år
    Si sobrevivimos a esto, Celaena —dijo antes de echar a andar por la calle adyacente que conducía a los muelles—, recuérdame que te enseñe a jugar bien a las cartas.
  • Alison Reynosohar citeretsidste år
    —Algún día —dijo Rolfe en voz muy baja—, alguien os hará tragar toda esa arrogancia —un rayo lejano arrancó un fulgor a sus ojos—. Solo espero estar allí para verlo.
  • Teresa Soriahar citeretsidste år
    —¿Celaena? —le preguntó Sam en la oscuridad—. ¿Puedo dormirme sin miedo a no despertar mañana?

    Ella parpadeó y luego rio por lo bajo. Como mínimo Sam se tomaba en serio sus amenazas. Ojalá pudiera decir lo mismo de Rolfe.

    —No —replicó—. Esta noche no.

    —Alguna otra pues —musitó él.

    Al cabo de pocos minutos, se quedó dormido.
fb2epub
Træk og slip dine filer (ikke mere end 5 ad gangen)