tiempo es más precioso que el oro, más precioso que los diamantes, más precioso que el petróleo o cualquier tesoro valioso. Nunca tenemos bastante tiempo, el tiempo desata la guerra en nuestro corazón, así que tenemos que saber gastarlo. El tiempo no se puede envolver ni adornar con un lazo, no se puede dejar bajo el árbol la mañana de Navidad.
El tiempo no se puede regalar. Pero se puede compartir.