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Nuccio Ordine

La utilidad de lo inutil

  • Camila Alzatehar citeretfor 7 år siden
    Y es precisamente tarea de la filosofía
    el revelar a los hombres la utilidad de lo inútil
    o, si se quiere, enseñarles a diferenciar
    entre dos sentidos diferentes de la palabra utilidad.
    PIERRE HADOT,
  • Ismael Flores Vargashar citeretfor 9 måneder siden
    El aparentar cuenta más que el ser: lo que se muestra —un automóvil de lujo o un reloj de marca, un cargo prestigioso o una posición de poder— es mucho más valioso que la cultura o el grado de instrucción.
  • Ismael Flores Vargashar citeretfor 9 måneder siden
    todo tiene un precio. Pero no el conocimiento: el precio que debe pagarse por conocer es de una naturaleza muy distinta. Ni siquiera un cheque en blanco nos permitirá adquirir mecánicamente lo que sólo puede ser fruto de un esfuerzo individual y una inagotable pasión. Nadie, en definitiva, podrá realizar en nuestro lugar el fatigoso recorrido que nos permitirá aprender.
  • Rodrigo Garcia Zhar citeretfor 3 år siden
    La valía del ser humano no reside en la verdad que uno posee o cree poseer, sino en el sincero esfuerzo que realiza para alcanzarla. Porque las fuerzas que incrementan su perfección sólo se amplían mediante la búsqueda de la verdad, no mediante su posesión. La posesión aquieta, vuelve perezoso y soberbio. Si Dios tuviera encerrada en la mano derecha la verdad completa y en la mano izquierda nada más que el continuo impulso hacia ella, aun con la condición de equivocarse siempre y eternamente, y me dijera: «¡Elige!», yo me inclinaría con humildad hacia su izquierda y diría: «Dame esto, Padre; la verdad pura sólo te corresponde a ti».
  • b4561508352har citeretfor 7 år siden
    En el universo del utilitarismo, en efecto, un martillo vale más que una sinfonía, un cuchillo más que una poesía, una llave inglesa más que un cuadro: porque es fácil hacerse cargo de la eficacia de un utensilio mientras que resulta cada vez más difícil entender para qué pueden servir la música, la literatura o el arte.
  • gelivmehar citereti forgårs
    Entre tantas incertidumbres, con todo, una cosa es cierta: si dejamos morir lo gratuito, si renunciamos a la fuerza generadora de lo inútil, si escuchamos únicamente el mortífero canto de sirenas que nos impele a perseguir el beneficio, sólo seremos capaces de producir una colectividad enferma y sin memoria que, extraviada, acabará por perder el sentido de sí misma y de la vida. Y en ese momento, cuando la desertificación del espíritu nos haya ya agostado, será en verdad difícil imaginar que el ignorante homo sapiens pueda desempeñar todavía un papel en la tarea de hacer más humana la humanidad…
  • gelivmehar citereti forgårs
    El mismo Calvino en su ensayo Por qué leer los clásicos, aun reconociendo que los «clásicos sirven para entender quiénes somos y adónde hemos llegado», nos pone en guardia contra la idea de que «los clásicos se han de leer porque “sirven” para algo». Al mismo tiempo, no obstante, Calvino sostiene que «leer los clásicos es mejor que no leer los clásicos».
  • gelivmehar citereti forgårs
    lo bueno es siempre mejor que lo útil:
  • gelivmehar citereti forgårs
    se abate sobre las cosas consideradas inútiles: el saqueo de la biblioteca real de Luoyang efectuado por los Xiongnu en China, la quema de los manuscritos paganos en Alejandría decretada por la intolerancia del obispo Teófilo, los libros heréticos consumidos por las llamas de la Inquisición, las obras subversivas destruidas en los autos de fe escenificados por los nazis en Berlín, los espléndidos budas de Bamiyán arrasados por los talibanes en Afganistán o también los manuscritos del Sahel y las estatuas de Alfaruk en Tombuctú amenazadas por los yihadistas. Cosas inútiles e inermes, silenciosas e inofensivas, pero percibidas como un peligro por el simple hecho de existir.
  • gelivmehar citereti forgårs
    a obra de arte «exige nacer» de la misma manera que «el niño exige nacer»: «El niño no nace para la sociedad—expone el dramaturgo—aunque la sociedad se apodere de él. Nace para nacer. La obra de arte nace igualmente para nacer, se impone a su autor, exige ser sin tener en cuenta o sin preguntarse si es requerida o no por la sociedad». Ello no impide que la sociedad pueda «apoderarse de la obra de arte»: y aunque sea cierto que «puede utilizarla como quiera»—«puede condenarla» o «puede destruirla»—queda en pie el hecho de que la obra de arte «puede cumplir o no una función social, pero no es esta función social» (p. 120). Y si «es absolutamente necesario que el arte sirva para alguna cosa, yo diré—concluye Ionesco—que debe servir para enseñar a la gente que hay actividades que no sirven para nada y que es indispensable que las haya»
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