Francisco Urondo fue, sin duda, uno de los más grandes poetas de la generación del '60. Desde su labor de escritor y periodista logró fusionar la poesía con la política, encontrando la perfecta conjugación entre el decir y el hacer. Comprometido en la lucha armada contra la dictadura cívico-militar en la Argentina, se transformó en un integrante del peronismo revolucionario, siempre luchando por su ideal de sociedad y, como dijo alguna vez, buscando la palabra justa.
Su caída final en Mendoza, en un enfrentamiento con el Ejército, silenció su obra literaria durante décadas, como así también su trabajo periodístico, una de sus grandes pasiones que lo llevó a formar parte de redacciones de diarios y revistas, donde puso su atenta mirada y exquisita escritura ante la cultura de la época. En esta biografía, trabajada con profesionalismo y dedicación, Pablo Montanaro rescata a uno de los protagonistas de un período controvertido, pero al mismo tiempo cargado de utopías posibles por las cuales Urondo abrazó un destino y entregó su vida: «Mi confianza se apoya en el profundo desprecio por este mundo desgraciado; le daré la vida para que nada siga como está", como escribió en uno de sus poemas.