Así contestaría David Foster Wallace: «Y si hay algo que no ha cambiado es la razón por la que escriben los escritores que no lo hacen por dinero: lo hacen porque es arte, y el arte es sentido, y el sentido es poder».
Lo que los libera es acceder a algo más grande que ellos mismos. Mayor que el dolor, que la experiencia personal, que la intensidad que mencioné al principio. El descubrimiento de la literatura puede ser el acceso a un universo de riesgo extremo, donde se enfrentan los poderes de la vida y la muerte, pero en otro plano. Es un consuelo. Una forma de consuelo, si bien no suficiente para que al final alguien se salve.