Sigo siendo yo la que dejó que se ahogara. La vi morir y no hice nada. Y como pensé que era yo la que le había hecho la herida, y además tenía los brazos llenos de arañazos míos, signos de una pelea, supe que todo el mundo, incluidos mis padres, pensarían que la había matado intencionadamente. Porque Andie era siempre mucho mejor que yo.