Diana Maffía

Desde América Latina, sostiene Maffía, eso significa recuperar y traer al diálogo científico, incluso con feministas de otros continentes, muchos saberes desalojados de ese ámbito.

Allí, sostuvo que los feminismos latinoamericanos deben luchar con vistas a alcanzar la autonomía en la determinación de sus intereses y necesidades como países productores de conocimiento, legitimar otros mecanismos de evaluación de los saberes por fuera del eurocentrismo, establecer otros vínculos en las comunidades de conocimiento y cambiar el discurso de la ciencia sobre los cuerpos de las mujeres y otras identidades no binarias con los que el patriarcado justifica la opresión y la discriminación.

El conocimiento no es el reflejo transparente y neutral de una realidad que existe de manera independiente, sino que toda forma de conocimiento es conocimiento situacional, esto es, un conocimiento que refleja la posición del productor de conocimiento en un determinado momento histórico y en un contexto material y cultural dado.

Asimismo, Maffía ha contribuido teóricamente a pensar una ciencia no androcéntrica desde las coordenadas de la epistemología feminista. Insiste en que es mejor caracterizar a la ciencia tradicional como androcéntrica y no como masculina o masculinista, porque la hegemonía que se expresa a través del concepto de androcentrismo no tiene que ver exclusivamente con el hecho de ser varón, sino más bien con una forma de dominación que concentra muchas más especificaciones excluyentes (ser heterosexual, cisexual, blanco, europeo, capacitado, propietario, educado).

El feminismo es una posición política que puede ser tomada por cualquier persona comprometida con la igualdad de género en particular, pero también contra la dominación en todo sentido, independientemente de si se identifica o no como mujer.

De acuerdo con Maffía, ser feminista implica la aceptación de tres principios: un principio descriptivo, es decir, que nos habla de lo que pasa; un principio prescriptivo, es decir, que valora aquello que pasa y dice que debería suceder otra cosa distinta, y un principio práctico, es decir, de compromiso en la acción (“Contra las dicotomías…”).

En el siglo XXI ya es muy difícil hablar del feminismo en singular, ya que los feminismos son múltiples, plurales y muchas veces sostienen ideas y propuestas discordantes.

Hoy en día, esta biblioteca cuenta con más de 17 mil ejemplares de teoría feminista, derechos de las mujeres, arte feminista, narrativa, ensayo y poesía de escritoras, entre otros. Por su parte, el Centro Cultural ofrece numerosas actividades relacionadas con la promoción del arte, la cultura y el pensamiento feminista interseccional y de la diversidad sexual.

feminismo es una posición política que puede ser tomada por cualquier persona comprometida con la igualdad de género en particular, pero también contra la dominación en todo sentido, independientemente de si se identifica o no como mujer.

Maffía considera que la autopercepción del género es una condición fundamental de la sexualidad humana, y que cada persona tiene derecho a determinarse a sí misma según cómo se autopercibe. Esto quiere decir que, para Maffía, y en consonancia con los postulados no binarios de la teoría queer, “ser mujer” o “ser varón” no tienen que ver con tener ciertos genitales, cierta corporalidad o ciertos comportamientos, sino que la pertenencia a uno u otro género, o incluso a ninguno, es potestad de la autopercepción de la identidad de género que cada persona tiene