“Guadalajara es un buen lugar para desaparecer”, declara el detective Marzo Michel antes de empezar con su nuevo caso: encontrar el cuadro de un importante artista plástico de la ciudad desaparecido en extrañas circunstancias. En su búsqueda a través de una urbe tapatía gris y laberíntica se encontrará con Mandrágora, mujer misteriosa y de impulsos repentinos, y por lo mismo doblemente peligrosa. Eugenio Partida inicia con este libro una saga en tono noir en donde además de mostrar una vez más su gran capacidad narrativa, no deja de hacer guiños irónicos al género.