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Joël Dicker

La Desaparición de Stephanie Mailer

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  • Habitante de librohar citeretfor 5 år siden
    A veces creemos que conocemos a las personas y descubrimos secretos asombrosos sobre ellas.
  • Yuliana Martinezhar citeretsidste år
    —¡Pensar que estaba a punto de pescarlo! —dijo Montagne, irritado.

    —¿De pescarlo? He llegado antes que tú. Solo había una patrulla delante del edificio.

    —He ido por la calle de detrás. Podrías haber dado tu posición por radio. Eso es lo que hacen los compañeros de equipo. Comunican la información, no van a lo loco.
  • Yuliana Martinezhar citeretsidste år
    Dennis Mailer asintió y se llevó a su mujer. Desenfundé el arma y di unos pasos por el piso. Lo habían puesto todo patas arriba. Empecé por pasarle revista al salón: habían volcado las estanterías y destripado los almohadones del sofá. Me fijé en varios objetos desperdigados por el suelo y no noté la silueta amenazadora que se me acercaba por detrás en silencio. Fue al volverme para dar una vuelta por las demás habitaciones cuando me di de bruces con una sombra que me roció la cara con un espray de pimienta. Me ardieron los ojos y se me cortó la respiración. Cegado, me doblé en dos. Me golpearon.

    Cayó un telón negro
  • Yuliana Martinezhar citeretsidste år
    Pero incluso cuando Stephanie iba a Nueva York y volvía en el día nos enviaba un mensaje o nos llamaba al regresar para decirnos que todo había ido bien. ¿Por qué mandarle un mensaje a su redactor jefe y no a sus padres? Si hubiese querido que no nos preocupásemos, también nos habría enviado un mensaje a nosotros
  • Yuliana Martinezhar citeretsidste år
    —Vivía en Nueva York estos últimos años —me explicó Trudy Mailer—. Estudió Literatura en la universidad Notre-Dame. Quería ser escritora desde muy pequeña. Ha publicado ya algunos cuentos, dos de ellos en The New Yorker. Cuando acabó los estudios, trabajó en la Revista de Letras de Nueva York, pero la despidieron en septiembre.

    —Y eso ¿por qué?

    —Problemas económicos, por lo visto. Las cosas fueron muy deprisa: encontró trabajo en el Orphea Chronicle y decidió volverse a vivir aquí. Parecía contenta de haberse alejado de Manhattan y regresar a un entorno más tranquilo.
  • Yuliana Martinezhar citeretsidste år
    Yo tenía serias dudas de que el Orphea Chronicle pudiera permitirse enviar a sus periodistas a hacer reportajes a la otra punta del país. Y fue precisamente el hecho de que estuviera empleada en ese periódico lo que trajo consigo, a continuación, cierto número de interrogantes.
  • Yuliana Martinezhar citeretsidste år
    ¿Tenía Stephanie problemas? No; en eso eran categóricos. ¿Tomaba drogas? Tampoco. ¿Tenía novio? ¿Algún ligue? No, que ellos supieran. ¿Podría tener algún motivo para desaparecer del mapa? Ninguno.
  • Yuliana Martinezhar citeretsidste år
    —Llamé a Stephanie el lunes por la mañana —explicó Trudy Mailer—. Me dijo que estaba en una reunión de la redacción del periódico y que me volvería a llamar. Y no llegó a hacerlo nunca.
  • Yuliana Martinezhar citeretsidste år
    Llamé a Stephanie el lunes por la mañana —explicó Trudy Mailer—. Me dijo que estaba en una reunión de la redacción del periódico y que me volvería a llamar. Y no llegó a hacerlo nunca
  • Yuliana Martinezhar citeretsidste år
    Anna fue a la terraza. El candidato del día se llamaba Josh. Tenía ese aire tan desagradable de los hombres que se sienten demasiado seguros de sí mismos. Saludó a Anna mientras se la comía con los ojos, cosa que la incomodó, y resoplaba fatigosamente. Y ella supo en el acto que esa noche no iba a conocer a su príncipe azul.
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