Las Torres Infinitas de Cairhien —murmuró con tristeza Loial—. Bueno, en un tiempo fueron lo bastante altas para justificar el nombre. Cuando los Aiel tomaron la ciudad, por la época en que naciste tú, las torres se incendiaron y se vinieron abajo. No veo ningún Ogier entre los albañiles. A ninguno le gustaría trabajar aquí, ya que los cairhieninos no quieren más que esto, sin adornos, pero los había cuando estuve aquí anteriormente.