«La Luna como dos cachos delgados; no, cachos suena muy feo… Como un bumerán no sirve porqué los bumeranes no son redondos. Más bien, como un ojo cuando tiene sueño», y esa fue la que más me gustó. Y pensé que la Luna era como un ojo de la noche y que, entonces, la noche era tuerta y hoy tenía sueño; me arrimé al árbol para no hacerle ruido, y eso me dio risa;