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Sergio Ramírez

La Fugitiva

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  • maritabmayhar citeretfor 4 år siden
    Toma una campanilla de la mesa, y la hace sonar. La enfermera aparece de inmediato, y le pide traerle las carpetas que ha dejado en la cómoda del dormitorio. La ha llamado Casilda, y Casilda se va con su paso silencioso. Es el nombre que puse a un personaje de mi primera novela, Tiempo de fulgor, y desde entonces no había vuelto a saber de él.
  • maritabmayhar citeretfor 4 år siden
    todo eso ha pasado ya más de medio siglo, y mi última ronda de visitas y entrevistas para documentar esta novela termina precisamente aquí mismo en el Cementerio General donde, otra vez, como en 1961, el cielo vespertino es de lluvia, y traspongo el portón a resguardo del paraguas que me han dado en préstamo en el hotel, para caminar a lo largo del callejón principal mientras cae una garúa muy parecida a la de entonces.
  • maritabmayhar citeretfor 4 år siden
    flores confeccionadas en tela y papel crepé y otras artesanías de cerámica, madera y latón, lo mismo que cajas de libros educativos y recreativos, y paquetes de revistas de modas y variedades.
  • maritabmayhar citeretfor 4 år siden
    fardos de textiles de diversa textura y color, llantas y neumáticos de caucho para camiones y tractores agrícolas, balas de sacos de yute para empacar café de exportación, barriles de urea y otros fertilizantes, bebidas espirituosas (tequila) en cartones de doce botellas c/u; rollos de alambre de púas de medio quintal c/u; bultos con muestras de medicamentos sin valor comercial; así como también sacos de lona conteniendo latas de películas destinadas a los circuitos de exhibición, cajones
  • maritabmayhar citeretfor 4 år siden
    Ya nada puedo pedirle a la vida. Que se acabe cuando quiera. ¿Está servida, señora? Estoy servida. Para luego es tarde, Catrina, vámonos yendo.
  • maritabmayhar citeretfor 4 år siden
    Jamás volví a ese cementerio. Ni volveré nunca a ninguno. Tengo dispuesto que mis cenizas las avienten desde la cumbre del Tepozteco. Pero mira nomás, primero escriben mal su nombre en la pizarra de la funeraria, y luego no le ponen nombre ninguno a su tumba, apenas un número. Qué insistencia la del destino en dejarla en el anonimato.
  • maritabmayhar citeretfor 4 år siden
    entonces cuando le propuse que nos hiciéramos socias en el negocio de una tienda de modas, una manera de ayudarla en sus penurias.
  • maritabmayhar citeretfor 4 år siden
    fui lo que se llama la socia capitalista, y ella la socia industrial, asunto de escritura ante un notario, y todo lo demás. Mis contratos en Acapulco y en Veracruz se repetían todos los años, tenía mi chamba en los centros nocturnos de la ciudad de México, y contaba por lo tanto con unos ciertos ahorros.
  • maritabmayhar citeretfor 4 år siden
    era como uno de esos machos mexicanos que no admiten el rechazo, que no pueden vivir con la derrota en el alma. Un macho femenino, si quieres. Porque ya te dije que nunca dejé de ser mujer con las mujeres que encontré en el camino de la vida.
  • maritabmayhar citeretfor 4 år siden
    por fin volvimos a vernos, poco antes de la muerte de Frida. Estamos hablando de 1954. Había una manifestación callejera que empezó en la plaza de Santo Domingo, allí donde se instalan los evangelistas con sus máquinas de escribir bajo los portales, en protesta por el derrocamiento del coronel Jacobo Arbenz en Guatemala, obra de los gringos por causa de un pleito de tierras del gobierno con la United Fruit, no sé qué
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