«… estética muy propia, una estética de una delicada intención poética, una poética de gran sensibilidad, capaz de captar los detalles que pueda captar en la vida, en el mundo, en las texturas». Así se refiere Miguel Barnet a la obra de Katiuska Blanco, quien en «Desde mi Habana. Fonógrafos, violetas, artistas y poetas» se asoma a temas como la belleza, la felicidad, el amor, la amistad, el dolor, la patria. En una armonía entre el periodismo, la literatura y la historia, cualidad que la convierte en una auténtica cronista que expresa sus emociones con sencillez y lirismo. Esta edición ha sido bellamente ilustrada con la pluma de otro destacado artista, el cubano Ernesto Rancaño, quien ofrece imágenes en su mayoría inéditas de este canto a La Habana, sus sueños, recuerdos, alegrías y nostalgias, con maestría e imaginación exquisitas.