La buena acogida que tuvo el término desarrollo sustentable no es ajena a su ambigüedad, que permitió mantener la ilusión de que era posible resolver el problema del medio ambiente, sin necesidad de criticar la idea de desarrollo. El que este término tuviera más éxito que el de ecodesarrollo formulado años antes, no responde solo a la mayor oportunidad del momento, sino a que expresa el simple deseo de hacer sustentable el desarrollo económico, en vez de proponer enfoques ecológicos alternativos.