Este libro de investigación es producto de diversas y afortunadas circunstancias, entre ellas cabe mencionar el encuentro de los compiladores en la ciudad de Medellín (Colombia) en 2019 como respuesta a la invitación a fundar la Red de Estudios Organizacionales Latinoamericana (REOL), evento que permitió consolidar una amistad y un trabajo en equipo iniciados años atrás en la Universidad Autónoma Metropolitana (México, Azcapotzalco), que ha favorecido la colaboración en diversos proyectos editoriales. También cabe mencionar que hay un encuentro en temas, problemas, teorías, metodologías y perspectivas. El pensamiento crítico latinoamericano es, sin duda, el punto central de articulación de este libro.
La administración y los estudios organizacionales deben hacer un esfuerzo significativo para acercarse al discurso crítico, al planteamiento del pensamiento decolonial, por cuanto hacia él han confluido la filosofía, la antropología, la sociología, la psicología, la historia, la literatura, los estudios de género y la economía, puesto que se considera que es momento de reconocer, retomar y vitalizar las tradiciones críticas latinoamericanas: teoría de la dependencia, filosofía de la liberación, historia matria, pedagogía de la liberación, antropología crítica, el configuracionismo y la ecología política, entre otras.
Es necesario partir del dominio del pensamiento hegemónico, de la «teoría tradicional», parafraseando a Max Horkheimer, y, más allá del pensamiento funcional europeo y sajón de corte estadounidense, incorporar el pensamiento crítico o la «teoría crítica» (nuevamente desde Horkheimer)europea desde sus mejores tradiciones: marxismo, genealogía, posmodernidad, psicoanálisis, sociología crítica, ecología política e historia social, entre otras. Pero ello no es suficiente: se requiere hacer un esfuerzo más, tener conciencia del locus de enunciación, de las características y problemáticas que se enfrentan en esta zona del mundo, de la necesidad de superar la difusión y la lectura repetitiva, enciclopédica y acrítica del pensamiento hegemónico, que terminan por instaurar una forma de ser, de hacer y de entender con respecto a las organizaciones, al trabajo y a la gestión.
Lo anterior lleva a reconocer la necesidad de repensar conceptos y elaborar categorías, teorías y metodologías que permitan plantear preguntas originales y pertinentes a las problemáticas latinoamericanas, las que, sin lugar a duda, les resultan extrañas e irrelevantes al pensamiento hegemónico en su infinita negación y desconocimiento del sur global.
Aunado a ello, hay que partir de los grandes problemas globales que encuentran su origen en la Modernidad, en el primer y único sistema mundo, como lo indica Enrique Dussel, producto de la expansión del capital, del esclavismo, del patriarcado, del genocidio de larga duración, del epistemicidio y del ecocidio. Se está ante el cambio climático, el empobrecimiento, los altos niveles de trabajo informal y de desempleo, la precarización laboral, la migración, el desconocimiento, la violencia y la criminalización de la otredad. Es decir, las ciencias empírico-analíticas, la tecnología, la razón económica productivista, la lógica instrumental, la tendencia hacia una acumulación infinita, la objetivación del otro y de la naturaleza no han permitido crear el paraíso en la tierra prometido por la Modernidad. Como lo plantea el economista de origen alemán Franz Hinkelammert, la razón imperial ha formulado utopías, y en la búsqueda de cumplir lo imposible ha terminado destruyendo las condiciones de posibilidad de la vida; las utopías conservadora y neoliberal han terminado socavando la existencia y la posibilidad de sentirse en una comunidad y parte de ella.